lunes, 19 de febrero de 2018

Elpidio González, el Vicepresidente que rechazó recibir una pensión vitalicia, y terminó siendo vendedor ambulante.

Elpidio González (Rosario, Santa Fe, 1 de agosto de 1875 - Buenos Aires, 18 de octubre de 1951) fue un político argentino perteneciente a la Unión Cívica Radical, elegido vicepresidente de la Nación Argentina (1922-1928). En 1922 fue elegido vicepresidente de la Nación acompañando a Marcelo T. de Alvear (1922-1928), luego de derrotar a la alianza de partidos conservadores llamada Concertación Nacional. Durante este mandato mantuvo un fuerte enfrentamiento con el presidente, como fruto del conflicto entre yrigoyenistas o personalistas y alvearistas o antipersonalistas. En 1928 durante la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen (1928-1930) fue Ministro del Interior hasta el golpe militar del 6 de septiembre de 1930, que lo encarceló durante dos años. Elpidio González, luego de su paso por la Vicepresidencia de la Nación, participó en la vida política esporádicamente. Su vocación política lo había sumido en la pobreza, teniendo que ganarse la vida como vendedor ambulante de anilinas en las calles de Buenos Aires.  El 6 de octubre de 1938 rechazó la concesión de una pensión vitalicia por parte del gobierno de Roberto Marcelino Ortiz con una conceptuosa carta. ​ En 1946 participó activamente en la campaña electoral de la Unión Democrática que llevaba la fórmula presidencial José Tamborini-Enrique Mosca. La prensa de orientación peronista se burló de su reaparición pública llamándolo "Alpedio González". 
Una vez finalizado el mandato de Alvear, Elpidio se retiró de la política y un tiempo después un diputado nacional en ejercicio lo vio transitando las recovas del barrio porteño de Once con una pequeña valija, vendiendo anilinas, betún y pomadas. Este legislador, consternado ante semejante cuadro, presentó en el Congreso un proyecto para otorgarle una jubilación especial a un hombre que había entregado mucho a su país. Lo realmente asombroso fue la reacción de González, que rechazó el beneficio con el argumento de que mientras tuviera dos manos para trabajar no necesitaba limosnas. Elpidio González fue operado de una dolencia en 1951 y quedó internado en un hospital por seis meses, hasta que murió el 18 de octubre de ese mismo año, debido a que no tenía una residencia donde alojarse. En su testamento, daba instrucciones sobre su sepultura: “Quiero ser enterrado con toda modestia, como corresponde a mi carácter de católico; como hijo del seráfico padre San Francisco, a cuya tercera orden pertenezco, suplico con amor de Dios la limosna del hábito franciscano como mortaja y la plegaria de todos mis hermanos en perdón de mis pecados y en sufragio de mi alma”.


1 comentario:

ulysses dijo...

QUE DOCUMENTO SOBRE TAN GRAN HOMBRE. SU PALABRA Y SU FIRMA , UN TESORO MAS VALORADO QUE LA JUBILACION

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